¿Quién dijo que todo tiene que ordenarse?

¿Quién dijo que todo tiene que ordenarse? Existe un orden en el desorden, que tal vez no somos capaces de comprender, porque hemos sido educados en un cierto orden, que a algunos les quepa bien, pero no a todos. A muchos nos queda chico, incómodo y hasta tedioso y obviamente agotador. Un esquema acordado para vivir una única versión. Eso está bien. Pero como Toda versión, tiene su tiempo. Ésta está llegando a su fin. 
Somos humanos viviendo en una versión de la vida, del mundo y de la existencia. Pero existen otras versiones. Versiones que sólo son accesibles, habiendo comprendido el funcionamiento de la versión actual. 
Me imagino que la mente de un humano particular, está formando parte de una mente más grande, la de su familia, que a su vez está incluida dentro de una mente más grande, la de su ciudad y país. Esas mentes más grandes, que nos incluyen, están dándole el automático a cada particular, y cada particular a su vez alimenta a esa mente más grande. 
Cuando vivimos encapsulados dentro de nuestra mente humana particular, el otro humano particular, me resulta alguien separado de mi y, según como piense y sea, entraré en empatía o en conflicto. Si entramos en conflicto con otro miembro que forma parte de la misma mente colectiva de la que soy parte, es como una célula atacando a otra célula. ¿Cómo se llama eso? Cáncer. Lo que ocurre en el cuerpo de muchas personas con esta enfermedad, es una versión en pantalla más chica de lo que ocurre a nivel global, de una mente colectiva. 
Hoy en Argentina 54, se ve mucho esta situación: Una izquierda atacando a la derecha y viceversa. Somos una mente país con bipolaridad. Las celulitas que somos cada uno, seguimos atacando a otras celulitas, con nuestras ideas. Es como si una célula de un cuerpo, se crée que es todo el cuerpo y, que su función y su forma de funcionar es la más importante, y la que tiene razón de ser. 
No es muy descabellado decir que nuestro cerebro forma parte de cerebros más grandes, que van incluyendo a otros. Todos estamos conectados a través de esos cerebros más grandes, de familia, sociedad, país, continente, planeta. Por esto, para darnos cuenta de como funcionamos, es importante acceder a esos cerebros que nos incluyen. Eso nos da una perspectiva mayor, que incluye a aquel y ese otro que desde mi cerebro particular no entiendo. Una pieza de rompecabezas no se entiende fuera de su conjunto. Es necesario salir de nuestra pieza mental, para ver desde otro plano, como todo encaja perfecto. Desde mi visión de pieza de rompecabezas, no entiendo nada y sólo veo deformidades e imperfección. Cuando vamos accediendo a esos cerebros más globales, conectándonos, nuestras particularidades comienzan a refuncionalizarse dentro del todo. Esto no es una propuesta de mejora, ni de sanación global, porque desde mi mente particular, no voy a comprender lo que es mejor para todos. Porque sólo tengo una parte de la historia, y sólo voy a saber lo que es mejor para mi, o lo que creo que es mejor, según los parámetros de mi espacio tiempo. Y lo mejor desde lo global me trasciende completamente, y hasta es inimaginable. Por eso no se trata al menos hoy, desde este receptor que les habla, de esto. Por ahora tengo la visión y una comprensión más allá de lo estipulado y esquematizado. 
Hay otras versiones de vida que sólo están al alcance de esas visiones globales. Comienza a observar la vida más allá de tus juicios e interpretaciones, observa tu rebeldía por querer torcer la realidad hacia donde quieres ir, desde tu cerebro particular y pequeñito. Comienza a observar desde qué lógica vives y, qué es lo que te está moviendo. El modo en que estás funcionando, tal vez no sea original, sino movido por esquemas establecidos en una versión que te encapsula. Haz aprendido a vivir dentro de tu jaula mental, bien por ti. Pero hay más, mucho más, y esa no es toda la historia de la vida.
¿Cómo saber dónde estás en todo esto? Los indicaros son: lucha por la supervivencia, necesidad de protección y de proteger, comparación y competencia y la búsqueda constante del faltante. Esos marcadores te ayudan a verte y te mantienen dentro de unos márgenes que hacen a tu diseño particular. Y no es que esté mal, porque te da la definición y los limites para que tengas tu forma de célula, para que seas una persona concreta dentro del todo. Pero una cosa es estar dentro de esos límites y, otra cosa es observarlos desde una pespectiva que está por fuera de ese diseño particular. Al estar dentro de esos marcadores, lo experimentas como una cárcel, pero al estar por fuera, lo reconoces como funcionales. 
Hay una lógica muy clara ahora, que está disponible para ser vista. Una nueva versión es posible, porque de la versión que tenemos muchos ya estamos en modo cansado. Ja ja ja. Y aburridos. Ahora por fin tenemos otra forma de vivir los potenciales que se nos ha concedido. Un regalo de nada para todos. 
Cristian Vera Godoy

Comentarios

Entradas populares de este blog

El bloqueo del autosuficiente

Multidimensión horizontal

Plano 6: infinitos potenciales.