¿Cómo hacer que las cosas sucedan?

Hace un tiempo atrás comencé mi propio negocio, mi propia empresa, decidí ser mi propio jefe. Entonces renuncié a mi trabajo y me lancé a algo  totalmente desconocido, con mucho entusiasmo por lo nuevo. Pero como todo emprendimiento requiere un tiempo de aprendizaje, y esos aprendizajes vienen acompañados de algunos fracasos, los mismos no tardaron en hacer presencia. Y cuando ésto empezó a sucederme en vez de retroceder me iluminé y descubrí algo interesante. Si yo hubiese sabido que estos fracasos me esperaban, si lo hubiese pensado un poco más pues hoy en día seguro, estoy muy seguro que hoy no estaría haciendo lo que amo hacer. Y aquí es donde se me reveló un secreto, encontré como una llave. ¿Qué me llevó a moverme y a decidirme por hacer lo que hago? Y aunque suene raro, duro o no se entienda bien en principio, se los diré: IGNORANCIA, sí, eso mismo, INGENUIDAD, sí, eso también. Si hubiese sido un sabelotodo ahí estaría todavía pensando en lo lindo que sería vivir de lo que amo hacer, simplemente no hubiese comenzado mi camino. Declararse ignorante es un despeje importante para abrir las puertas a algo nuevo. Lo que nos mantiene inmóviles sin hacer que las cosas sucedan es pensarlo demasiado, no digo que no haya que pensar, solo digo que el hacerlo demasiado generalmente hace que te quedes inmóvil y nunca arranques con lo que deseas, porque además buscas hacerlo perfecto y eso no está mal, pero sí lo es si eso te detiene, muchos están estancado por este asunto de ser los mejores, de ser perfectos en lo que hacen. Yo, lo pensé, claro, pero lo suficiente como para tener algo en qué moverme, pero no tanto que me frenase. Ese es uno de los motores que me lleva a hacer que las cosas sucedan. Hoy no me pienso mucho en los talleres de crecimiento personal que deseo hacer, simplemente lo hago, no pienso mucho en las publicidades simplemente las hago y la lanzo, diciendo y haciendo... Y es muy divertido... ensayo y error para mí es el mejor aprendizaje, por eso los fracasos son oro puro para mí, porque cuanto más fracasos más cerca de dar en la tecla estoy. Y cada fracaso es un cartel que me dice por aquí no y eso me lleva a buscar otros caminos, otras formas, es como cuando entras a un laberinto y cada vez que te das con un lugar sin salida vuelves un poco atrás en el camino y pruebas con otro y así... Y les digo esto es mucho más divertido que quedarse afuera planificando y sin entrar al laberinto sin estar 100% seguro... Y eso en esta vida la verdad, amigos, el 100% seguro no existe para mí, para mí existe la experiencia del día a día, cada tropiezo me hace más fuerte, más sabio y me da mayor determinación. Y disfruto... ¿Cómo hacer que las cosas sucedan? Pues haciéndolo.

Ésto es parte de mi experiencia, no tiene porqué ser así para todos, somos observadores diferentes. 

Te mando un abrazo gigante y gracias por leerme...

Coach de Vida Cristian Vera Godoy

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