¿A qué le tenemos miedo?

 Si la verdad está revelada, no necesitamos hacer la pregunta. Pero es la pregunta la que mueve a buscar la respuesta, y el movimiento es vida. Sin pregunta no hay movimiento, sin movimiento no hay vida. Y me detengo ahí.
 La verdad que somos necesitó hacerse una pregunta para ponerse en movimiento y crear vida. Si todo es blanco, entonces ya nada es blanco, porque no hay con que comparar. El blanco para ser blanco necesita del negro, y de los otros colores, para poder conocerse a sí mismo. Entonces cuando la verdad se preguntó ¿Quién soy? Creó un movimiento, y salió de su blanco puro a crear otros colores. Para permitirse reconocerse como tal necesitó de lo que fuese diferente a él. Pero cuando el blanco de repente empieza a borrar algunos colores, como el negro, comienza a perder identidad, y ésto es lo que asusta. La identidad es el ego, y el ego para sobrevivir necesita de la pregunta, necesita del movimiento, necesita crear negros, necesita crear colores. Necesita crear lo diferente a la esencia pura. Cuanto más ego, más negros y más colores. El ego nos hace sufrir porque no queremos perder identidad, cuanto más ego, más adictos al sufrimiento, es decir más creamos lo contrario a lo que somos, como un modo de marcar la diferencia para poder seguir teniendo esa identidad. Por eso muchas personas se agarran tanto al sufrimiento, y al mismo tiempo sienten como que es algo que los agarra, y que no los quiere soltar, pero es al contrario. Nuestro ego tiene miedo de la verdad, de nuestra luz, porque en la verdad se pierde su identidad, es decir deja de existir. Para evitar eso lleva nuestra atención constantemente a todo aquello diferente de lo que somos en esencia, por ejemplo todo pensamiento que nos haga sufrir, porque en esencia no somos nada de eso. El ego necesita de esa diferencia para poder sobrevivir. entonces crea el miedo a descubrir quienes somos de verdad, a encontrarnos con nuestra propia luz. Por eso no queremos soltar nuestros problemas, nuestros pensamientos negativos, nuestros sufrimientos. El engaño del ego nos mantiene agarrándolo fuertemente, tenemos miedo de soltarnos porque pensamos que sin el ego tampoco existiríamos, porque no tendríamos identidad. Y es así como el ego domina nuestra vida. Pero lo que no sabemos es que si nos soltamos caeríamos en un mar de luz y descubriríamos nuestra esencia, nos conectaríamos con nuestra luz. Y desde esa conciencia luminosa podemos volver a hacernos nuevas preguntas y entrar en movimiento de nuevo y crear los colores que deseemos, crear identidad pero no identificarnos con ella, es decir desde la conciencia iluminada somos dueños del ego y de la identidad que creamos con él. Los colores pasaran por tu vida, incluso el negro, pasarán como los días nublados, como las noches, y así como cuando es de noche y cuando está nublado tú tienes conciencia del sol, sabes que está. Así tu tendrás conciencia de tí mismo, y de tu luz, a pesar de los colores que se manifiesten en tu vida, pasarán muchas circunstancias en tu vida, pero tú sabrás siempre que eres mucho más que todas esas circunstancias.

Éste es un tema muy profundo para mí, hace mucho tengo conexiones con mi esencia y lo digo con modestia, y desde esa conexión es que escribo esto que les comparto, trato de hacerlo en metáforas para que se más fácil de entender porque es muy difícil traducir en la palabra esa conexión, es simplemente como saber algo pero no saber como es que se sabe y realmente muchas veces me cuesta encontrarle palabras a esas experiencias internas esenciales. Pero he aquí, creo que algo pude hacer... Yo sé que no todos van a entender esto, pero no se trata de eso, cada quien a su tiempo lo cual es perfecto... Y bueno, como siempre te abrazo con el corazón donde quieras que estés...

Cristian Vera Godoy



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