Tiene una enfermedad incurable y ésto no le ha impedido ser feliz. Vale la pena escucharlo.
El protagonista de esta interesante conferencia se llama Sam Berns. Desgraciadamente ya murió (unos tres meses después de realizar esta conferencia).
En ella nos revela su filosofía de vida que se basa en tres puntos. Vale la pena escuchar a este muchacho cuya vida no ha sido fácil y eso no le ha impedido ser feliz hasta el último día de su vida. Nos habla acerca de cómo no hay que centrase en tus limitaciones, en lo que no puedes hacer o cambiar, y centrarnos en aquello que sí podemos hacer y nos apasiona:
Los padres de Sam, los Dres. Leslie Gordon y Scott Berns, fundaron The Progeria Research Foundation (la Fundación de Investigación de Progeria) en 1999 para encontrar la causa, el tratamiento y la cura de esta rara enfermedad. Los niños con progeria viven un promedio de 13 años.
En la progeria, los síntomas de envejecimiento pueden aparecer desde el primer año de vida.
Los niños, con cinco u ocho años pierden el pelo, se les arruga la piel, sufren de aterosclerosis, osteoporosis o artritis, enfermedades propias de los ancianos.
Solo hay una persona que sobrevivió hasta los 26 años de edad. Era un chico llamado Leon Botha, de Sudáfrica. Él murió en 2011 de complicaciones propias de la progeria.
Hay una coincidencia biológica entre los niños con progeria y el envejecimiento de la población en general. Todos hacemos un poco de progerina, la proteína causante de la enfermedad en la progeria. Los niños con progeria fabrican mucha más progerina.
En ella nos revela su filosofía de vida que se basa en tres puntos. Vale la pena escuchar a este muchacho cuya vida no ha sido fácil y eso no le ha impedido ser feliz hasta el último día de su vida. Nos habla acerca de cómo no hay que centrase en tus limitaciones, en lo que no puedes hacer o cambiar, y centrarnos en aquello que sí podemos hacer y nos apasiona:
Los padres de Sam, los Dres. Leslie Gordon y Scott Berns, fundaron The Progeria Research Foundation (la Fundación de Investigación de Progeria) en 1999 para encontrar la causa, el tratamiento y la cura de esta rara enfermedad. Los niños con progeria viven un promedio de 13 años.
En la progeria, los síntomas de envejecimiento pueden aparecer desde el primer año de vida.
Los niños, con cinco u ocho años pierden el pelo, se les arruga la piel, sufren de aterosclerosis, osteoporosis o artritis, enfermedades propias de los ancianos.
Solo hay una persona que sobrevivió hasta los 26 años de edad. Era un chico llamado Leon Botha, de Sudáfrica. Él murió en 2011 de complicaciones propias de la progeria.
Hay una coincidencia biológica entre los niños con progeria y el envejecimiento de la población en general. Todos hacemos un poco de progerina, la proteína causante de la enfermedad en la progeria. Los niños con progeria fabrican mucha más progerina.
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