ESTÁ BIEN CUANDO ALGO NO ESTÁ BIEN



Todos queremos estar bien, pero para estar bien también es necesario saber estar mal. Aunque lo deseemos con todas nuestras fuerzas siempre tendremos momentos no tan buenos y eso también es parte de nuestra vida. Lo único que hace que el sentirnos mal se sienta peor es que nos resistimos a eso que nos pasa.
Fíjate esto: Si un niño golpea a tu puerta y cuando abres ves que es un niño que está llorando y necesita de ti. ¿Qué harías? ¿Lo rechazarías? ¿Lo dejarías afuera, solo porque a ti no te gusta que alguien llore dentro de tu casa?
Pues es lo mismo, esos sentimientos que nacen de la nada son parte nuestra que necesitan de nuestra atención, que los recibamos en casa y le demos contención.
Si somos adultos es lo más que podemos hacer por nosotros. Es necesario que aprendas a dialogar con lo que sientes y aprendas a recibirlo dentro de ti.
Toda emoción se puede cambiar es cierto, pero no sin antes reconocerla, aceptarla y recibirla.
Quererte también tiene que ver con recibir dentro de ti a tu niño que llora y pide por ti. Tu eres adulto puedes cuidar de él, y puedes contenerlo. Es una capacidad innata aunque no lo creas.
¿Qué harías con un niño que llora? Haz lo mismo contigo.
Hazte pasar a tu parte más sagrada, aquella parte que tal vez solo reservas para tus momentos felices, el niño que sufre y llora también es digno de ese espacio sagrado dentro de ti.

Cristian Vera Godoy

Comentarios

Entradas populares de este blog

El bloqueo del autosuficiente

Multidimensión horizontal

Salir del desgano: 7 sencillas acciones.