Procesar el enojo

   ¿Te ha sucedido alguna vez que de repente te sientes enojado por todo, que las cosas más insignificantes te molestan? ¿Qué cualquier cosa que te digan puede hacerte estallar de ira? Seguramente más de una vez ¿Verdad? Hace un tiempo atrás me sentí así, lo cuál no es normal para mí. Pero logré salir de ello de una manera muy eficaz y rápidamente. Y quiero compartirte esto, porque creo puede servirte.
    Nuestro ser es siempre coherente, es decir que tiende hacia nuestro bienestar y siempre buscará procesar y liberar todo lo que nos sucede si de ello depende nuestra salud emocional. Y por esto, lo que no procesamos queda estancado, y puede que con el tiempo se convierta en una nueva forma de ser. Las personas que viven en un estado de enojo y negatividad puede que tengan una o más situaciones en las que no pudieron procesarlo y eso se ha convertido con el tiempo en un estado de ánimo permanente.
   Cuando me sentí así, recordé mi taller de coaching emocional y enseguida pensé: -¿Cómo se resuelve esto?-. Y entonces utilicé estas herramientas: Lo primero que hice fue recordar, pensar cuando se originó esa sensación de enojo, de molestia, y descubrí que fue desde el día en que una persona me increpó y yo permanecí callado, me tragué mi enojo de alguna forma. Y como nuestro ser es coherente, ahí estaba tratando de procesarlo y avisándome que debía canalizarlo de alguna manera. - Bueno ya sé de donde proviene pero ¿Y ahora qué?-.  Una de las opciones era poder hablar con la persona, pero sinceramente no quería perder mi energía en ello,  pues era alguien que no me interesaba en mis círculos de amistades, no tenía ganas de diseñar de mis acciones para resolver esta situación con ella. Pero como todo lo que hacemos en nuestra imaginación nuestro ser lo ve como real, acudí a una técnica ritual, que es escribir todo aquello que sentía, dejando que las emociones salieran como quisieran, sin ponerle límites, dejando de lado mis juicios sobre lo que está bien decir o no, y tampoco es importante que prestara atención a la redacción, lo importante es escupir de algún modo todo aquello, para que no nos envenene. Escribí cuatro hojas recuerdo, luego de esto las quemé, y eché todo por el inodoro. Esto es un ritual, y sirve para procesar cosas que solemos callar y nos hacen daño. Desde ese momento me sentí liberado y recuperé mi estado original de paz.
    ¿Pero qué sucede si quien nos provoca esto es alguien que nos interesa en nuestro círculo?  Pues bien, allí habrá que diseñar otras acciones como el dialogo por ejemplo. Pero eso lo dejo para otro artículo.
    Espero que este ejemplo les sirva para procesar cosas que hemos callado o que callamos por el motivo que fuera. ¡Hasta pronto!
Los abrazo con el corazón.

Si lees esto escríbeme, comparte tu parecer y si deseas saber más sobre herramientas que te permitan sentirte mejor cada día habla conmigo, con gusto te responderé.

Cristian Vera Godoy





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